El estado de nutrición en el adulto mayor está estrechamente relacionado con el proceso de envejecimiento. A su vez, este proceso se ve influenciado por el estado de nutrición que se ha mantenido a lo largo de la vida. Durante el envejecimiento, se producen cambios corporales, como el aumento de la masa grasa y la disminución de la masa magra. Además, aparecen alteraciones metabólicas y alimentarias que coexisten con enfermedades crónicas y agudas. El estado nutricional del adulto mayor también se ve afectado por el deterioro de sus capacidades funcionales, la polimedicación y la situación socioeconómica en la que se encuentra.
Para evaluar y seguir la nutrición de un adulto mayor, es fundamental considerar los siguientes aspectos:
- Historia Clínica Completa:
- Identificar factores de riesgo, como daño a la salud y otras condiciones médicas.
- Indagar sobre problemas dentarios, disfagia (dificultad para tragar), disgeusia (alteración del sentido del gusto), interacción fármaco-nutrimento y limitación de la movilidad.
- Evaluar la actividad física, la condición económica y los cambios en la talla de ropa.
- Obtener una historia dietética completa y considerar aspectos sociales y psicosociales.
- Valoración Nutricional:
- Utilizar el Índice de Masa Corporal (IMC) para determinar el estado nutricional.
- Evaluar la ingesta de alimentos, la presencia de desnutrición o malnutrición, y la necesidad de suplementos nutricionales.
- Seguimiento con Nutriólogo:
- El seguimiento regular con un nutriólogo es esencial para adaptar la alimentación a las necesidades cambiantes del adulto mayor.
- El nutriólogo puede ajustar la dieta según las condiciones médicas, la funcionalidad y los objetivos nutricionales.
- Se debe monitorear el progreso, evaluar la respuesta a la alimentación y realizar ajustes según sea necesario.
- Prevención y Tratamiento:
- Prevenir deficiencias nutricionales y desnutrición causadas por dificultades para alimentarse.
- Reducir la necesidad de un consumo excesivo de medicamentos y controlar enfermedades existentes.
- Brindar asesoría tanto al adulto mayor como a su familia o cuidador principal.
En resumen, una evaluación nutricional integral y un seguimiento continuo con un nutriólogo son fundamentales para mantener la salud y la calidad de vida de los adultos mayores.
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